ESTÉTICA FACIAL ONCOLÓGICA

La estética facial oncológica es una especialización de bienestar y belleza pensada para mejorar el aspecto emocional y a nivel de la piel de los pacientes que padecen cáncer, la formación de nuestros especialistas viene de la mano de la Fundación Ricardo Fissas y Natura Bisse, la cual se lleva dedicando a esta labor desde el 2008.

Cuando a una persona la detectan un cáncer la belleza pasa a un segundo plano, sin embargo se ha demostrado que las personas que se cuidan y reciben tratamientos especializados mientras reciben los tratamientos médicos y después de finalizarlos se ven y se recuperan mejor debido a que su estado de ánimo es más alto y recuperan su equilibrio interior.

A causa de la toxicidad de los tratamientos tan agresivos que deben recibir los pacientes, uno de los órganos más visibles y que más cambios sufre es la piel. La piel es el órgano más extenso que tenemos y actúa como una barrera mecánica la cual posee propiedades defensivas inmunológicas. Por eso es muy importante cuidarla y tratarla para ayudar a aliviar los efectos adversos de dichos tratamientos. Algunos de los efectos más comunes serían la sequedad, irritación, erupciones o manchas los cuales muchos de ellos suelen ser transitorios.

¿Cómo podemos ayudar?

Ayudaremos a cada persona tratándo la según sus efectos secundarios con principios activos hidratantes, vasoconstrictores, emolientes, regeneradores, antiinflamatorios, antisépticos, antioxidantes, protectores de células inmunes (beta-glucano) y filtros solares (SPF).

A nivel cutáneo realizaremos tratamientos hidratantes, calmantes, reparadores y descongestivos, de esta forma trabajaremos algunos de los efectos más visibles como la deshidratación, la descamación y el envejecimiento precoz.

A nivel capilar trataremos la hidratación y recomendaremos unas pautas específicas para evitar manchas y quemaduras en las zonas más sensibles mientras no haya cabello en esa zona.

Lo más importante a tener en cuenta es:

Hay que hablar del cáncer con respeto y sin miedo.

Tratamos a la persona no a la enfermedad.

Una actitud positiva no cambia el diagnóstico pero ayuda a disminuir el estrés y los pensamientos negativos.