Está indicado para tratar tanto pieles sanas y jóvenes que quieren recuperar la vitalidad y luminosidad de la piel, hasta pieles con problemáticas concretas y severas como las manchas de tipo melasma o cloasma que no han respondido bien a tratamientos con láser o luz pulsada, el fotoenvejecimiento, las arrugas finas, las pieles gruesas con poros dilatados, la piel apagada o desvitalizada, el acné y sus marcas etc.
Cada piel tiene indicado un tipo de peeling y una concentración según sean sus necesidades concretas.
El tratamiento se basa en la aplicación sobre la piel de un ácido, que provoca la descamación controlada de la misma, provocando su renovación. Existen peelings suaves que sólo provocan una pequeña exfoliación inapreciable de la piel, y peelings más profundos que provocan un pelado evidente durante 2-4 días, ocasionando una renovación mayor en la piel y como consecuencia una mejora mucho más evidente en el estado de la misma. El número de sesiones variará en cada caso, se suelen hacer ciclos de aproximadamente 4 peelings seguidos, en periodos que oscilan entre una semana y un mes, según las características del peeling.