Realizamos pequeñas infiltraciones con una aguja muy fina o con una cánula en la zona, con la intención de hidratar y nutrir la piel. Por un lado el hialurónico proporciona hidratación y por otro vehiculiza el complejo dermoestructurante para dar a la dermis los nutrientes que necesita para su recuperación.
El tratamiento se nota desde la primera sesión, pero normalmente se recomiendan 3 sesiones con una distancia de un mes entre ellas. Las sesiones son de aproximadamente media hora, muy tolerables y permiten restablecer la vida cotidiana desde el primer momento.